El método Montessori , creado
por Maria Montessori, a pesar de haber sido escrito en 1912, actualmente está
creando una revolución en la forma de educar a nuestros hijos. El objetivo de este
método es que cada niño desarrolle interés por aprender sin necesidad de ser
obligado. Este matiz convierte a este método pedagógico como la forma más
novedosa y alternativa que poco a poco se está ganando el espacio de muchos
hogares con hijos.
El método Montessori se basa en cuatro
principios fundamentales que podemos llevar a la práctica diaria con nuestros
hijos, motivándolos a aprender con gusto:
-La
libertad: Pero la libertad no quiere decir movimiento
desordenado, sino la elección de
estímulos útiles por el propio niño.
Como padres
debemos fomentar la independencia de
nuestros hijos, para ello debemos adaptar nuestra casa para lograr que
adquieran habilidades que le ayudarán a conseguir esa autonomía. Debemos de
ofrecerle oportunidades de elegir, pensar, actuar. Teniendo en cuenta que
debemos hacerlo sin obligación ni dominación, sino basado en la libertad.
-
El ambiente: Las escuelas Montessori se llaman Casas de
niños, constan de habitaciones jardín cultivable en parcelas y con animales domésticos
a cuyo cuidado da mucha importancia, (el perro, el gato, las gallinas, los
conejos, etc . Podemos crear un ambiente como
indica la filosofía Montessori basándonos en la estética, el orden, el interés.
En el ambiente es recomendable que los padres fomenten la autonomía como
anteriormente hemos comentado, esto quiere decir, dejar al niño participar en
la cocina, limpieza. Dejándolo concentrarse en su actividad sin ser
interrumpido, es decir dejándolo hacer a su propio ritmo.
Por
otro lado, Montessori descubrió que los niños pasan por “periodos sensibles”,
que son fases de interés y curiosidad. Durante estas etapas los niños son
muy receptivos a ciertos estímulos
externos. La autora recomienda acondicionar la casa para aprovechar estas fases
para la introducción de materiales y actividades, permitiéndole al niño
aprender sin apenas esfuerzo y simplemente por curiosidad. Por ejemplo, los
niños durante los primeros tres años tienen tendencia por el orden, podemos
apoyar este interés manteniendo un lugar para cada cosa. Es aconsejable tener
cestos y estanterías a su altura. Esto les hará participar de forma activa en
ordenar y recoger los materiales tras su uso.
Otra
técnica Montessori, que en muchas ocasiones es trasladada a casa sin necesidad
de esfuerzo alguno, es mantener convivencia con grupos de niños de diferentes
edades. Dando lugar a agrupaciones así, los niños siguen si propio ritmo de
aprendizaje, con la ventaja de que los pequeños imitan a los mayores,
facilitando su ritmo de formación.
-El
material didáctico: Uso de materiales sensoriales usados en el
método Montessori ayudan al niño a aprender conceptos a través de los sentidos,
tales como el color, textura, forma, peso, sonido. Además con muchos de estos
materiales también se trabaja el vocabulario.
Otra
característica es que casi todo el equipo es autocorrectivo, de manera que
ninguna tarea puede completarse incorrectamente sin que el niño se dé cuenta de
ello por sí mismo. Una tarea realizada incorrectamente encontrará espacios vacíos
o piezas que le sobren. También es necesario materiales de la
vida práctica pero de su tamaño, que reflejen el trabajo que se hace en la casa
(como barrer, poner la mesa, cuidar el jardín, limpieza y cuidado de animales).
Permite al niño imitar las actividades de los adultos que le rodean. Todos
estos materiales le brindarán al niño periodos de concentración, pensamiento
lógico, psicomotricidad fina y gruesa, independencia, buena autoestima
realizando tareas por si mismo y cuidado de uno mismo, de los otros y del medio
ambiente.
Conforme
los niños van creciendo van adquiriendo nuevos intereses. Para mostrar atención
a la lectura, escrtura, ciencias es necesario que observen interés también por
parte de los adultos de la casa. Date cuenta, que según este método, el adulto
es una guía del niño.
-El
silencio: Para la autora es el principio más difícil de
conseguir para las madres. El silencio permite la acumulación de energía
interior. Este breve esfuerzo de soledad, concentración y aislamiento lo da
esta pauta, uno de los más curiosos ejercicios en el Método Montessori. A
partir de los 2-3 años se puede realizar el “juego del silencio”, con un grupo
de niños o con uno solo. Les pedimos que guarden silencio, podemos marcar el
inicio y fin del tiempo con algún instrumento musical, encendiendo y apagando
una vela o con un reloj de arena. Se puede empezar por periodos de silencio de
30 segundos, aumentándolos conforme el niño aguante más tiempo. Se pretende
mejorar la concentración, responsabilidad, autocontrol y trabajo en equipo.
Los
niños esta llenos de posibilidades, pero quienes
se encargan de mostrar el camino que permita su
desarrollo son los padres, que podemos sin reglas ni obligaciones hacer que
nuestros hijos desarrollen una mente organizada.
«Nadie puede ser libre a menos que sea
independiente; por lo tanto, las primeras manifestaciones activas de libertad
individual del niño deben ser guiadas de tal manera que a través de esa
actividad el niño pueda estar en condiciones para llegar a la independencia»
María
Montessori