No
te sonará extraño leer esta interrogación, ya que es de los antiguos mitos que
sin alguna lógica entendible, se siguen manteniendo hasta nuestra época. Para
explicarte el por qué de ello, seguro que muchas mujeres me dan la razón de que
se notaban más contracciones al final del día, tras sentarse al descansar por
la noche, tanto a mitad del embarazo con las conocidas contracciones de Braxton
Hicks como en las fases latentes de los partos. Hay quien achaque esto a la
atención que se le prestaba a la barriguita en esos momentos de relax, algunas
mujeres entre trabajo y demás hijos, casi no tienen tiempo de acordarse de que
están de nuevo embarazadas hasta que logran sentarse al final de día, no os
quito la razón, pero su verdadera razón
se debe a lo que prima y hace triunfar un embarazo: Las hormonas.
Si
nos ponemos a hablar de hormonas durante el embarazo somos un auténtico coctel,
y nos influyen desde en la fragilidad del pelo hasta en el hinchazón de los pies… “desde
la punta del pelo a los pies” nunca mejor dicho. Son muchas las hormonas que predominan en el embarazo, pero la gran archiconocida es
la oxitocina: La hormona de las
contracciones para las parturientas, la hormona del amor para los románticos,
la hormona de la eyección láctea o la hormona tímida, para argumentar la
pregunta del inicio. Todos conocemos que las funciones de la oxitocina son
variadas (provocación de contracciones uterinas y eyección láctea.) Pero poco sabemos
qué mecanismos activan la liberación de esta hormona durante el embarazo.
Uno de ellos se debe a que la actividad del útero
está sincronizada con los ciclos de luz y oscuridad por acción de la
melatonina, la hormona que se segrega en ausencia de luz y que, además de
prepararnos para descansar por la noche, pone en marcha otras hormonas que
desencadenan el parto (oxitocina). Esto hace que las contracciones sean
más intensas durante la noche.
Es fácil explicarlo
recordando de donde provenimos: los animales. A día de hoy nos puede
diferenciar de ellos el razonamiento, pero la forma de parir no ha cambiado.
Animales y humanos eramos mamíferos y seguiremos siéndolo. Si nos fijamos, una
cebra para parir intenta buscar un lugar tranquilo alejado de depredadores que
esperen con deseo la salida de su hijo indefenso para tomarlo como presa. Cabe
saber, que la mayoría de animales también tienen un ritmo circandiano para su
descanso, por lo que la cebra se cura en salud pariendo por la noche, cuando
sabe que el león estará menos alerta que de día y la visibilidad de su presa se
dificultará por la falta de luz. A las mujeres nos ocurre lo mismo, actualmente,
por suerte nadie nos acecha, pero nuestro sentido se ha desarrollado en la
misma era que el de los animales, y el
cuerpo se ha acostumbró en su debido momento a que la oxitocina haga arrancar
el proceso de parto en horas que son más tranquilas. Por ello, muchas salas de
dilatación de los hospitales tienen un regulador de luz, ya que se sabe que los
ambientes con luz tenue favorecen la secreción de oxitocina, mejora la
intimidad y ayuda a establecer un
ambiente tranquilo para el parto. Esto, como ya comentamos en otro post es
indispensable para conseguir el parto que deseamos, se necesita tranquilidad en
el ambiente. De hecho si la cebra se pone de parto y descubre que su hijo está
en peligro, su cuerpo comienza a
segregar adrenalina, que es la hormona del estrés. Ésta inhibe a la oxitocina,
paralizando las contracciones y por lo tanto el parto. Esto mismo ocurre,
cuando las mujeres afrontan un parto con nerviosismo, preocupación o
simplemente no consiguen relajarse entre contracción y contracción. Su
oxitocina se frena y no deja continuar el proceso. Obviamente, hablamos de
partos espontáneos, sin necesidad de medicación, si tenemos un gotero con
oxitocina intravenosa no podemos compararnos.
Por ello, tanto por
motivos hormonales como relajantes, las mujeres suelen comenzar los partos de noche de forma
espontánea. Sabiendo que un parto es un proceso largo, si el parto comienza de noche, igual el
momento del expulsivo culmine de día.
Sea cuando sea tu parto, lo importante es poder disfrutarlo.
BUENAS NOCHES Y ¡FELIZ PARTO!
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