martes, 26 de enero de 2016

¿Por qué es más frecuente parir de noche?


No te sonará extraño leer esta interrogación, ya que es de los antiguos mitos que sin alguna lógica entendible, se siguen manteniendo hasta nuestra época. Para explicarte el por qué de ello, seguro que muchas mujeres me dan la razón de que se notaban más contracciones al final del día, tras sentarse al descansar por la noche, tanto a mitad del embarazo con las conocidas contracciones de Braxton Hicks como en las fases latentes de los partos. Hay quien achaque esto a la atención que se le prestaba a la barriguita en esos momentos de relax, algunas mujeres entre trabajo y demás hijos, casi no tienen tiempo de acordarse de que están de nuevo embarazadas hasta que logran sentarse al final de día, no os quito la razón, pero su  verdadera razón se debe a lo que prima y hace triunfar un embarazo: Las hormonas.

Si nos ponemos a hablar de hormonas durante el embarazo somos un auténtico coctel, y nos influyen desde en la fragilidad del pelo hasta en el hinchazón de los pies… “desde la punta del pelo a los pies” nunca mejor dicho. Son muchas las hormonas que predominan en el embarazo, pero la gran archiconocida es  la oxitocina:  La hormona de las contracciones para las parturientas, la hormona del amor para los románticos, la hormona de la eyección láctea o la hormona tímida, para argumentar la pregunta del inicio. Todos conocemos que las funciones de la oxitocina son variadas (provocación de contracciones uterinas y eyección láctea.) Pero poco sabemos qué mecanismos activan la liberación de esta hormona durante el embarazo. Uno de ellos se debe a que la actividad del útero está sincronizada con los ciclos de luz y oscuridad por acción de la melatonina, la hormona que se segrega en ausencia de luz y que, además de prepararnos para descansar por la noche, pone en marcha otras hormonas que desencadenan el parto (oxitocina). Esto hace que las contracciones sean más intensas durante la noche.

Es fácil explicarlo recordando de donde provenimos: los animales. A día de hoy nos puede diferenciar de ellos el razonamiento, pero la forma de parir no ha cambiado. Animales y humanos eramos mamíferos y seguiremos siéndolo. Si nos fijamos, una cebra para parir intenta buscar un lugar tranquilo alejado de depredadores que esperen con deseo la salida de su hijo indefenso para tomarlo como presa. Cabe saber, que la mayoría de animales también tienen un ritmo circandiano para su descanso, por lo que la cebra se cura en salud pariendo por la noche, cuando sabe que el león estará menos alerta que de día y la visibilidad de su presa se dificultará por la falta de luz. A las mujeres nos ocurre lo mismo, actualmente, por suerte nadie nos acecha, pero nuestro sentido se ha desarrollado en la misma era que el de los animales,  y el cuerpo se ha acostumbró en su debido momento a que la oxitocina haga arrancar el proceso de parto en horas que son más tranquilas. Por ello, muchas salas de dilatación de los hospitales tienen un regulador de luz, ya que se sabe que los ambientes con luz tenue favorecen la secreción de oxitocina, mejora la intimidad  y ayuda a establecer un ambiente tranquilo para el parto. Esto, como ya comentamos en otro post es indispensable para conseguir el parto que deseamos, se necesita tranquilidad en el ambiente. De hecho si la cebra se pone de parto y descubre que su hijo está en peligro,  su cuerpo comienza a segregar adrenalina, que es la hormona del estrés. Ésta inhibe a la oxitocina, paralizando las contracciones y por lo tanto el parto. Esto mismo ocurre, cuando las mujeres afrontan un parto con nerviosismo, preocupación o simplemente no consiguen relajarse entre contracción y contracción. Su oxitocina se frena y no deja continuar el proceso. Obviamente, hablamos de partos espontáneos, sin necesidad de medicación, si tenemos un gotero con oxitocina intravenosa no podemos compararnos.
 
 

Por ello, tanto por motivos hormonales como relajantes, las mujeres  suelen comenzar los partos de noche de forma espontánea. Sabiendo que un parto es un proceso largo,  si el parto comienza de noche, igual el momento del expulsivo culmine de día.

Sea cuando sea tu parto, lo importante es poder disfrutarlo.
 

      BUENAS NOCHES     Y    ¡FELIZ PARTO!

 

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