martes, 3 de noviembre de 2015

La dermatitis atópica de tu bebé puede empeorar con el frío. Consejos para controlarla.


 
 
 

Es un trastorno de la piel crónico que consiste en erupciones pruriginosas y descamativas. También se lo conoce como eccema. Actualmente hasta un 20% de los lactantes sufren de este trastorno. La principal sintomatología que sufren estos bebés se puede resumir en:

 
-       Picor.
 
-       Lesiones en la piel, conocido como eccema.
 
-       Descamación de la piel.

Este cuadro se produce por una fragilidad de la piel, es fácil comprenderlo con un sencillo símil: imaginemos que la piel son las paredes de una casa. Cuando se padece dermatitis atópica se produce una alteración en los ladrillos de la pared, dejando pasar agentes externos en su interior, esto mismo ocurre en la piel atópica, la barrera de la piel está alterada y esto produce que se introduzcan más fácilmente virus, bacterias…. Al interior del cuerpo de nuestro bebé.

En invierno, el frío aumenta la frecuencia de los brotes de la dermatitis atópica y agudiza los síntomas, que se caracterizan por sequedad de la piel, inflamación, lesiones,  enrojecimiento y descamación. Por ello es importante controlar en esta época del año evitando el  ambiente seco, el calor, el uso de prendas sintéticas, o determinados cosméticos y jabones irritantes, ya que todo esto puede condicionar también la aparición de la dermatitis atópica.

Las claves para mejorar la dermatitis atópica de nuestro bebé son:

-       Higiene de la piel a diario, es una medida imprescindible para mantener una piel saludable en los bebés que padecen este cuadro. Como comentábamos anteriormente la entrada de los microorganismos externos se hace más fácil con la dermatitis atópica, por lo que debemos evitar esta entrada con una higiene diaria con jabones específicos. Usar productos hipoalergénicos y sin perfumes.

-       Nutrir la piel con crema hidratante, que imite a la “grasita externa” que poseen las personas con piel tópica.

      Evitar frotar al secar la piel, ya que esto puede empeorar la inflamación o las lesiones que ya contiene. Se recomienda usar toallas de algodón secando a pequeños toques, para no frotar.

-       Evitar abrigar en exceso, ya que al hacerlo acaban sudando, y el sudor empeora los síntomas de la dermatitis atópica.

-       Humedad en las habitaciones. Para mantener un ambiente húmedo en toda la casa, coloca frascos de agua en los radiadores y usa un humidificador. Así, contribuirás a evitar la excesiva sequedad de la piel, sobre todo, en invierno a causa de la calefacción.

-       Cuida la alimentación. Algunos alimentos están relacionados con el inicio de los brotes, pero a todos no afecta por igual. Consulta con tu centro sanitario y evita comer los que pueden desencadenar una crisis

-       Evitar el agua demasiado caliente ya que puede agravar la inflamación.

-       Según un reciente estudio de la Asociación Española de Pediatría (AEP) la aplicación de leche materna de forma tópica en la piel del bebé mejora su dermatitis atópica con los mismo resultados que la hidrocortisona al 1% en pomada. Esto se debe a los efectos antiinflamatorios de la leche materna y su poder curativo cuando se usa de forma tópica en heridas. Así la AEP recomienda el uso de gotas de leche materna en bebés con este cuadro debido a su bajo coste, su accesibilidad y a la ausenc efectos secundarios.

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