Es un trastorno de la piel crónico que
consiste en erupciones pruriginosas y descamativas. También se lo conoce como
eccema. Actualmente hasta un 20% de los lactantes sufren de este trastorno. La
principal sintomatología que sufren estos bebés se puede resumir en:
- Picor.
- Lesiones en la piel, conocido como eccema.
- Descamación de la piel.
Este cuadro se produce por una fragilidad
de la piel, es fácil comprenderlo con un sencillo símil: imaginemos que la piel
son las paredes de una casa. Cuando se padece dermatitis atópica se produce una
alteración en los ladrillos de la pared, dejando pasar agentes externos en su
interior, esto mismo ocurre en la piel atópica, la barrera de la piel está
alterada y esto produce que se introduzcan más fácilmente virus, bacterias…. Al
interior del cuerpo de nuestro bebé.
En invierno, el frío aumenta la
frecuencia de los brotes de la dermatitis atópica y agudiza los síntomas,
que se caracterizan por sequedad de la piel, inflamación,
lesiones, enrojecimiento y descamación. Por ello es importante
controlar en esta época del año evitando el ambiente seco, el calor, el
uso de prendas sintéticas, o determinados cosméticos y jabones irritantes, ya
que todo esto puede condicionar también la aparición de la dermatitis atópica.
Las claves para mejorar la dermatitis
atópica de nuestro bebé son:
- Higiene de la piel
a diario, es una medida imprescindible para
mantener una piel saludable en los bebés que padecen este cuadro. Como comentábamos
anteriormente la entrada de los microorganismos externos se hace más fácil con
la dermatitis atópica, por lo que debemos evitar esta entrada con una higiene
diaria con jabones específicos. Usar productos hipoalergénicos y sin perfumes.
- Nutrir la piel con
crema hidratante, que imite a la “grasita
externa” que poseen las personas con piel tópica.
- Evitar frotar al
secar la piel, ya que esto
puede empeorar la inflamación o las lesiones que ya contiene. Se recomienda
usar toallas de algodón secando a pequeños toques, para no frotar.
- Evitar abrigar en
exceso, ya que al hacerlo acaban sudando, y
el sudor empeora los síntomas de la dermatitis atópica.
- Humedad en las habitaciones. Para mantener un ambiente húmedo en toda la casa, coloca
frascos de agua en los radiadores y usa un humidificador. Así, contribuirás a
evitar la excesiva sequedad de la piel, sobre todo, en invierno a causa de la
calefacción.
- Cuida la alimentación. Algunos alimentos están relacionados con el inicio de
los brotes, pero a todos no afecta por igual. Consulta con tu centro
sanitario y evita comer los que pueden desencadenar una crisis
- Evitar el agua
demasiado caliente ya que puede
agravar la inflamación.
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